viernes, 10 de agosto de 2018
Mujeriego Enganchado
Actor de renombre. Icono sexual. Accionista mayoritario.
Aceptémoslo, las mujeres nunca han sido un problema. El sexo menos.
De actor de teatro a la televisión, y de ahí al cine y a las portadas de revista. A partir de ahí, la piscina de dinero y mujeres en la que me sumergí parecía no tener fondo. Cuando eres multimillonario, las empresas vienen a ti en busca de financiación; y eso solo me hizo más poderoso… y por tanto, más atractivo.
Lo tenía todo. Un ático precioso en pleno Manhattan, una fan distinta cada noche y era el ojo del huracán en la prensa del corazón. Hasta que me crucé con ella. Literalmente. En un bar. Y me puso la camisa perdida de cerveza.
Curvas de infarto, tatuajes, actitud de chica mala y muy, muy difícil de impresionar. Por supuesto, fue una de las noches más salvajes de mi vida -esposas, nata líquida… ¿alguna pregunta?-. Pero al despertar me había robado la cartera y exprimido mis cuentas bancarias.
A los tres días llamaron a la puerta. Era ella, con un maletín lleno del dinero que me había robado.
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