jueves, 28 de junio de 2018

Salvavidas



Madre soltera. Ex-pareja que intenta no pagar la compensación de mi hijo. Un empleo de nueve y a cinco y otro los fines de semana. Una cuenta bancaria al rojo vivo. Esa soy yo, Silvia.

Un eco de su pasado. Un hombre cansado de esforzarse que ha tirado la toalla y solo se la da a la gente que rescata. Un vigilante de la playa cuyo único amor es el mar. Ese es Juan.

Sin amor, sin sueños y sin pasión. Despertar, trabajar, comer, dormir. Y entonces, un día, pasó. Ahí estaban, conociéndose por giros del destino. Silvia necesitaba un hombre que la diese fuerzas. Juan una mujer que le devolviese la sonrisa.

Juan era reflexivo, de la clase de hombres que escuchan a las olas y sueñan con ver el mundo arder, pero de los que salta como un perro de presa cuando alguien está en peligro. Silvia era alegre, jovial, de la clase de mujeres que se pasan el día bromeando y tiene energía de lunes a domingo. Pero ambos eran sombras de lo que habían sido.

Y de las sombras del otro podían recuperar todo su esplendor.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...